Me levanto pronto por la mañana dispuesto a conocer la ciudad. Lo mas turístico de Haifa son los jardines Bahai sin ninguna duda.
La verdad, por dentro no tiene nada.
A lo que vamos, que la visita es interesante y los jardines impresionantes. Trabajan unas 100 personas (incluidos muchos voluntarios) así lo tienen muy bien cuidado.
Después de esto me voy al Monte del Carmelo. Allí esta la Cueva de Elias, un lugar muy sagrado para los judíos. Sinceramente, dejando la fe a un lado, no tiene nada para ver.
Desde allí, un poco a la derecha, según se mira hacia la cueva, sale un sendero de monte que te lleva hasta el Convento Carmelita de Stella Maris (Estrella del Mar). Esta bien. Ahora ya sabéis que las carmelitas vienen del monte Carmelo.
Supuestamente hay un autobús que te trae y te lleva desde el centro de la ciudad. Digo supuestamente porque yo no lo encontré para bajar. Había subido andando. Esta fue una de las cagadas del viaje. Menos mal que me gusta caminar, que sino. Os cuento.
Pues eso, que me pongo a bajar y resulta que por la carretera no había ni una sola casa. Lo cual supone que no hay paradas de autobús.
Después había quedado con Sarah para cenar y fuimos al Faotush. La verdad es que se cena bien y no es caro. Al mediodía había comido justo enfrente, en el Douzan. También esta bien. Estos 2 están en la Avenida Ben Gurion, justo la que hay debajo de los jardines.
Y así se paso mi segundo día. Como curiosidad sobre Haifa, os diré que es la única ciudad en Israel que tiene metro, aunque yo diría que mas que metro, es un funicular subterráneo. Solo tiene 5 paradas y te lleva desde la zona del puerto hasta el Carmel Centre, en lo alto de la montaña. Los precios, tanto del bus como del metro, son de 5,70 NIS.
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